EL ACOSO VERBAL...
EL BULLYING SILENCIOSO
Tendemos a considerar el acoso escolar algo grave en el momento en el que se nos habla de agresiones físicas o sexuales. Por ello, solemos pensar que, mientras no se someta al niño a verdadero daño físico, la situación no resulta preocupante.
Sin embargo, los casos de bullying verbal, que sufren a diario muchos niños y adolescentes en sus colegios, no son menos dañinos para su bienestar. Estos chicos se someten, días tras día y sin esperanza de que la situación cambie, a comentarios racistas o sexuales, insultos, motes… Aunque nunca se levante una mano contra ellos, estos chicos están sufriendo un abuso psicológico que puede dañar seriamente su autoestima, su personalidad y la forma en la que entienden las relaciones sociales.
El acoso y la intimidación verbal pueden resultar incluso más dañinos que los ataques físicos, ya que los insultos se dirigen directamente a los sentimientos más profundos de la víctima, destrozando su autoestima y dejando unas heridas que pueden resultar muy difíciles de curar.
Los acosadores verbales usan los motes, insultos y bromas para humillar y herir. Con estas conductas los acosadores sienten el control que ejercen sobre la víctima, ya que notan que no se pueden defender y saben que tienen el poder de hacerle daño cuando quieran. Podemos distinguir dos tipos de acosadores verbales:
- Algunos tienen una autoestima demasiado elevada, se creen los reyes del mundo y por ello consideran que están en condiciones de insultar a quien quieran. Estos niños suelen insultar a todo el mundo en general y a aquellos que les disgustan por alguna razón, en particular.
- Otro grupo, por el contrario, muestra una autoestima baja. Se sienten inferiores y por ello tratan de mejorar su estatus social delante de los demás compañeros eligiendo a una víctima a la que someter a sus insultos.
En cuanto a las víctimas, aunque todo el mundo puede ser objetivo de los insultos de un acosador, hay ciertos tipos de niños que pueden resultar más proclives, como los niños con baja autoestima y carencias en cuanto a la defensa de sus derechos, niños de diferente cultura, religión o idioma o niños con diferencias físicas (muy gordos, muy delgados, con gafas…).
No hay comentarios:
Publicar un comentario